Saturday, December 30, 2006

Hay una desnudez
que se mueve al compás de todos los misterios.
Hay un mundo secreto
que cabe en una noche,
en un cuarto,
o en la cabeza de una muñeca rota.
Espérame,
descubrirás mis ojos
cuando el cuerpo se ajuste a la sustancia
y la vida a la idea de sí misma.
Lo lejano se acerca cuando todo está oscuro.
Hay una desnudez
que se ajusta a la piel de los enigmas
y es caricia perfecta,
desarropada de pasado y futuro.
Pasa y cierra la puerta:
soñaremos a dúo.

Wednesday, December 13, 2006

EL GRAN SILENCIO
No hace mucho, he tenido la ocasión de ver la película El Gran Silencio, de Philip Gröning, donde el tiempo circula prendido a los hábitos blancos de los monjes que habitan el monasterio de la "Grande Chartreuse", en los Alpes franceses, y que callan hermosamente al compás de su meditación, de su trabajo, de sus pasos. Diríase que los hermanos cartujos se acercan al silencio de Dios desde las mudeces de sus humanos labios y establecen con Él una comunicación tejida de palabras invisibles. Pasan las estaciones y ellos siguen pisando las mismas galerías, los mismos escalones, que son frío desnudo bajo su pisada. El invierno borra la frontera entre la nieve y la blancura de sus ropas y eterniza el instante en el que cae cada copo y en el que cada monje vive.
El silencio es un tiempo y un espacio que podemos habitar, como los monjes, de forma casi ininterrumpida, o al que podemos volver tras nuestras incursiones por eso que llaman el mundanal ruido. Silencio necesario. Silencio que espera, como un nido, al pájaro inquieto.
El silencio no es lo opuesto a la palabra. Es otra forma de sentirla y pronunciarla. Bien sé de mi propia atracción por la conversación apasionada, por la palabra ardiente hecha voluptuosidad y música. Bien sé yo de ese amor. No tener alas nos lleva al vuelo de la palabra sonora y la palabra escrita. Y en ese vuelo ando, andamos, a menudo. Al silencio regreso, desde el que parece, sólo parece, que me alejo. Que me alejo de todo. Que me alejo de ti y hasta de mí misma. Pero estoy por igual en el silencio y en la voz. Sigo siendo la misma. Y con el mismo amor.