Wednesday, November 28, 2007


POEMA ANTIGUO PARA UNA IMAGEN NUEVA

Ábreme en el poema,
deshoja la palabra
arrancando sus pétalos.

Deja caer mi aroma
al vacío de tus pies:

Magdalena yo,
ungiéndote
con la flor de mis besos.

Saturday, November 17, 2007



EL ESPEJO DE LO POSIBLE

Fue en Mirada Retrospectiva, libro de memorias de Lou Andreas Salomé, donde leí estos versos que Rilke escribe para ella:

Cuando tengamos hijos rubios
les daré para bailar
una corona a los niños
y guirnaldas a las niñas.

El poeta, enamorado, visualiza un futuro de niños con y junto a la mujer amada. Y, seguro en su visión, no parte de un hipotético "si", sino de un confiado "cuando". Después vendrían más días de amor y una ruptura. Y los hijos rubios se quedaron habitando el misterioso universo de las posibilidades.

Aquello que pudo ser existe de algún modo y se deja sentir a menudo fascinándonos o perturbando nuestra vida cotidiana. "¿Qué éstaría yo haciendo ahora si...?", "¿Qué habría pasado si...?", "¿Dónde estaríamos si..?". Infinitas posibilidades se abren ante nosotros como inalcanzables universos paralelos. Llevar o no a cabo el más aparentemente nimio de los actos puede significar algo decisivo en la existencia. Recuerdo una película que vi hace tiempo , Dos Vidas en un Instante, en la que se cuenta cuál habría sido la vida de una joven que corre a coger el metro que está a punto de partir, tanto en el caso de haber tenido éxito en su empeño como en el caso de no haberlo tenido.

La lógica nos recuerda que lo que pudo haber sido y no fue ya no será jamás. Sin embargo, como hasta lo más tangible esconde esencialmente un enigma, me gusta pensar que, al igual que en el cuento de Lewis Carroll Through the Looking-glass, existe el otro lado del espejo. Y que ese otro lado es un mundo donde habitan nuestros "yo" posibles. Y los hijos rubios de Lou y de Rilke.


(Imagen: Quantum x Quantum)







Sunday, November 04, 2007


La soledad tiene cuatro silencios,
como los cuatro vientos
y los cuatro caminos.
Es una encrucijada
de verdades oscuras
y de mentiras locas,
y de aquí parten,
para encontrarse nunca,
senderos que van a las estrellas
y a las callejas turbias.
.......
La soledad es un espejo opaco
al que llamamos cuerpo
que puede hacerse añicos
por el golpe de fuerza
de un dolor invisible
sin que nadie lo note.
.......
La soledad
es un niño
que teme y necesita
y mira desde abajo
al hombre incomprensible.
Lo mismo que nosotros
desde la vida
a Dios.
(" Solo de Trompeta", de mi ya lejano JAZZ)
Imagen: Quantum.