Yo, el espejo
Tras el largo escondite de la noche
él ha vuelto de nuevo a darme la existencia
perteneciéndome como cada mañana,
mirando su verdad y buscando mentiras
en mis aguas estáticas.
Un pacto de certeza nos une sin remedio,
sin palabras.
Después de cada despertar
él refleja más miedo en su mirada
y clava su inquietud más hondo cada vez en mis dominios.
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4 comments:
"clava su inquietud cada vez más hondo en mis dominios"
¿Suena mejor??
Borges, le temía mucho a los espejos. Quizás por eso siempre resultó de gran interés el concepto del "Otro". Ya sea en "El otro" donde narra su encuentro con un joven Borges en la banca de una plaza o avenida. U ese otro poema, donde no sabe cuál de los dos Borges escribe ese poema.
Un abrazo
Luis, eres el primero en comentar mi primera entrada en mi blog. Y me alegro de que seas tú, aunque me corrijas el poema:lo tengo así publicado en uno de mis poemarios y me suena mío, pero ahora también es tuyo y puedes hacer lo que quieras.
Borges temía a los espejos.Yo los temo y los quiero,como a quien se empieza a amar.
Seguiré visitandote.
reflejarnos al final ese es el sortilegio del blog. siempre leo el post más viejo, a veces me quedo otras me voy...esta vez me quedaré. abrazos
Impresionante. Genial e impresionante. La empatía de los espejos, unas veces de azogue, otras de carne y hueso.
Saludos.
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