Sunday, October 21, 2007




DE SUEÑOS Y OTRAS REALIDADES


"Nadie lo vio desembarcar en la unánime noche". Así comienza el relato de Borges Las ruinas circulares, donde un hombre sueña a su hijo aún no nacido, aún no creado. Soñando a ese hijo suyo, el hombre va moldeándolo, lo va haciendo minuciosamente, órgano a órgano, no con las manos, sino con su sueño: con las manos de su sueño. Y así, le da la vida. Mas el hombre, a su vez, no es otra cosa que el resultado del sueño de alguien, y en cierto momento, estremecido, toma conciencia de ser soñador manipulado.
La perturbadora idea que articula el cuento borgiano es tan antigua como la propia imaginación. En un episodio de Alicia en el país de las Maravillas, la niña, junto con Tweedledee y Tweedledum, encuentra a un rey durmiendo y roncando con estruendo. Alicia propone despertarlo, a lo que ellos responden que el roncador rey la está soñando a ella: "Si este rey aquí se nos despertara...¡Zas! tú te apagarías como una vela". Y la pobre Alicia, claro, se indigna y contesta, y ve a un gato que ríe, y utiliza la lógica y, vaya: ahora vienen los naipes y...en realidad -resbaladiza palabra- es una niña que nos lleva por su mundo de la mano y a un tiempo es el sueño de un matemático.
Caminar por la vida, en cualquier caso, no deja de ser un acto de fe. Cada mañana al despertar confiamos en que el mundo siga ahí, aunque no veamos más allá de la mesilla de noche. Y sabemos que nuestro hermano, o nuestra madre, o quien sea que queremos, siguen también ahí, aunque nos hayamos alejado de ellos diez metros o diez mil kilómetros. Creer para vivir. Y construir la vida con las manos de lo intangible, así, como si nada. Y construir la belleza con la mirada del amor, la que hace al otro hermoso. Y saber que hay una realidad en decir esto: Te amo, y cada día tu belleza crece porque te miro yo.