Saturday, May 26, 2007

DESDE EL HAIKU

Las nubes bailan
se abre paso la luna
vibra la rama


Se aquieta el viento
despertar en la rosa
habla el silencio


Lluvia en el pelo
una espada de luz
tras el cerezo

Sunday, May 20, 2007

LO QUE NO SE BUSCA

Ando a vueltas con el dicho bíblico de que el que busca encuentra. Palabras tan abundantes en fe como en belleza. Pero a veces encontramos sin buscar nada. Y no me refiero a los a menudo inescapables pelmazos con los que te topas cuando menos te lo esperas. Ni a las desgracias evitables o inevitables. Me refiero a aquello que es placentero, a lo que da alegría ( la felicidad la dejo en cuarentena, porque no viene para quedarse). De pronto un reencuentro, una nueva amistad, una sonrisa en cara desconocida. De pronto una palabra. O una luz, que puede llegar de tan distintas formas. Salir al cine y terminar bailando en un extraño y cálido lugar con la música de irlandeses y turcos que, también de pronto, han decidido unir sus instrumentos en una misma canción y un mismo sentir. De pronto ese de pronto con su carga de sorpresa que sin buscar nos llega. O tal vez lo buscamos sin saberlo. Tal vez. Lo que encontramos puede que sea la evidencia de lo que queremos. Y en el encuentro placentero puede que esté la medida de nuestra capacidad para la alegría.
Encontrar. Así, tranquilamente: qué buen sabor y cómo se disfruta.

Sunday, May 06, 2007

A UN MURCIÉLAGO ATRAPADO EN MI ALCOBA

Me despertaste, pero creía estar aún soñando y ser protagonista de una noche de ánimas: tus aullidos, has de reconocerlo, parecían escapar del Purgatorio. Te busqué, compañero-mortal, sin saber lo que eras todavía hasta que vi tu cara, diminuta, al correr el armario. El miedo, pertinaz, sujetaba tus alas ya caído en el suelo. Entiendo tu terror, pero, muchacho, conmigo te equivocas: tú y yo somos, en fin, dos solitarios seres indefensos hijos de un mismo cielo. ¿Ves las estrellas? Pues ellas no nos ven, de tan pequeños. No voy a perseguirte. Que nuestro encuentro sea sólo un mal recuerdo. Hasta la vista.
Yo me vuelvo a mi cama y tú a la noche.

(Para A., aunque ya no eres tan niño, pero recuerda lo que te gustaba entonces)